lunes, 3 de noviembre de 2008
Un gerente neonazi con gusto por el sadomasoquismo. Un equipo que boicotea a su mejor piloto para favorecer al niño mimado cuyo papá parece que es un mecánico más. Una diferencia abismal entre equipos. Sanciones para favorecer o perjudicar al que más conviene. Un piloto que, siendo el mejor del mundo reconocido por todos, por culpa de ese boicot, acaba en un equipo de tercera fila. Pero todo esto no tiene parangón alguno con lo que pasó ayer... El "Timo" de GlockLo ocurrido en la última carrera del Mundial de Fórmula 1 demuestra la gran mentira de este deporte. Precisamente es eso la gran mendacidad, que no es un deporte. ¿Y por qué no? Porque los comportamientos acacidos en los últimos años engranceden tanto lo antideportivo, deja al fair play tan en bragas, que impide que siga teniendo credibilidad. Lo de Timo Glock, el piloto de Toyota que en la última vuelta deja pasar descaradamente a Hamilton, es eso: un timo. Su nombre de pila lo dice todo.
Lo imposible ahora será determinar si pudo haber alguna llamada fugaz y diligente de McLaren a Toyota para dejar pasar a Hamilton... Lo que está claro es que esta "criaturita" ha ganado el mundial porque ha tenido más puntos que los demás y ya está.
Lo que es más que vergonzoso es que haya deportes de verdad como el ciclismo que, por ser tan duro, está sacudido por el "virus dopaje" y ya no gozan de ningún prestigio. Es más, la opinión pública cada vez que ve ganar a un ciclista ya está pensando que puede estar dopado. Sin justificar en absoluto el dopaje, tengo que decir que un verdadero deporte como es el ciclismo ha dejado de ser mediático por casos extradeportivos y, en caso contrario y gracias a estos casos, la Fórmula 1 es actualmente el más mediático tras el fútbol. Pero es que no es deporte...
Etiquetas:
Deportes
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El autor
- Javier Macías
- Periodista, licenciado en 2010 por la Universidad de Sevilla. Redactor interino de ABC y de la revista Pasión en Sevilla.
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1 comentarios:
Javi, lo siento pero no estoy de acuerdo contigo. Es lógico que, por todo lo ocurrido en la temporada anterior entre Hamilton y Alonso, el británico no goce de la simpatía de los españoles. Pero eso no quita para que debamos reconocer los méritos de este campeón, el más joven de la F1.
Los estudios de la telemetría de Glock han demostrado que los tiempos en su última vuelta son los lógicos para las condiciones meteorológicas y de desgaste de los neumáticos. Así que no se puede hablar nada de timo, a pesar que eso signifique que gane el impopular Lewis Hamilton.
Eso sí, para Timo el del Valencia, que ese tío ni es portero ni ná, jajaja.
Un abrazo
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